Dictado

.- Si es sábado, mi hijo de dos años tiene confirmados dos compromisos sociales, dos cumpleaños y una excursión con su clase. En realidad yo también como madre estoy invitada a sus fiestas. He de acompañarle, hablar con los padres y ser simpática, a lo mejor tomarme un refresco y, naturalmente, recogerle y volver a casa.
Para ser niño hoy en día hace falta casi una secretaria que lleve su agenda, un chófer que le acompañe y unos ahorros extra para cumplir con los amigos. La vida de los niños es muy estresante: ir al cole, aprender a nadar, ir a fiestas de cumpleaños, ir a clase de pintura dos veces por semana y cuanto más crecen, más complicado es todo.
Raúl ha decidido que pasa completamente de tanto jaleo. Si queréis invitar a mi hijo Raúl, lo encontraréis jugando con su gato en el jardín.